Aspiración de polvos combustibles y explosivos

Tipos de polvo combustible y su peligrosidad

Los polvos inflamables suponen un riesgo potencial para la seguridad en muchos sectores industriales. Existen tres categorías principales de polvos inflamables: materiales orgánicos naturales, materiales orgánicos sintéticos y metales. Cada categoría se comporta de forma diferente cuando se expone a una fuente de combustión y, por lo tanto, requiere una manipulación específica para garantizar un entorno de trabajo seguro.

La categoría de materiales orgánicos naturales incluye sustancias como la harina, la madera, el papel, las fibras naturales y los productos alimenticios. Estos materiales están formados principalmente por carbono, hidrógeno y oxígeno, y pueden arder fácilmente en presencia de una fuente de calor, como una chispa o una llama abierta. La combustión de estos materiales también produce humos y gases tóxicos, como monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno, que pueden suponer un riesgo adicional para la salud de los trabajadores.

Los materiales orgánicos sintéticos son sustancias químicas de origen sintético, como polímeros y resinas, que se utilizan en muchas industrias, como la producción de plástico y caucho. Estos materiales pueden ser muy inflamables y producir humos y gases tóxicos en caso de combustión. También pueden ser muy sensibles a las chispas y las fuentes de calor, como los focos de soldadura o las máquinas que producen fricción, por lo que requieren una manipulación cuidadosa para evitar incendios y explosiones.

La categoría de los metales incluye sustancias como el aluminio, el magnesio, el titanio y el zinc. Estos materiales pueden ser muy inflamables y reaccionar violentamente con el agua y otros productos químicos, como los ácidos. La combustión de metales también puede producir humos y gases tóxicos, como monóxido de carbono y óxido de zinc, que pueden suponer un peligro adicional para la salud de los trabajadores.

Cómo identificar y controlar el potencial de explosión de los polvos

Conocer los parámetros de los polvos tratados es esencial para eliminar las fuentes de ignición y limitar los efectos de las explosiones, minimizando al mismo tiempo las lesiones.

He aquí algunos índices para evaluar la peligrosidad de los polvos inflamables:

• KST: mide el grado de destrucción de un polvo determinado una vez iniciada la explosión.
• Pmax: permite calcular cuánto daño es capaz de causar el polvo dentro de un espacio cerrado
• MIE: indica la cantidad de energía necesaria para la ignición
• MIT: indica la temperatura mínima a la que una superficie caliente inflamará una nube o capa de polvo tras entrar en contacto.

Para evitar explosiones, los elementos de la planta, como los secadores, deben someterse a pruebas de temperatura mínima de ignición para evitar una explosión de polvo por contacto con una superficie caliente. Además, los equipos como los aspiradores industriales, la maquinaria y los equipos de procesamiento que entran en contacto con polvo combustible deben diseñarse para evitar fugas y minimizar la liberación de polvo en las zonas de trabajo, garantizando la máxima seguridad.

¿Cómo se desencadena la explosión de polvo?

Una explosión de polvo combustible se desencadena cuando se dan simultáneamente todos los factores del pentágono de explosión: combustible, oxígeno, fuente de ignición, dispersión del combustible y confinamiento. Para evitar explosiones accidentales, es esencial tomar las precauciones adecuadas al manipular, almacenar y procesar materiales combustibles.

El combustible es una sustancia que puede arder y reaccionar con el oxígeno, generando energía. Los polvos combustibles son partículas finas y secas que pueden arder rápidamente cuando se exponen a la fuente de ignición. El oxígeno es un gas que alimenta la combustión del combustible, aumentando la temperatura y la presión dentro del sistema.

La fuente de ignición puede ser una energía externa, como una chispa o una llama, que entra en contacto con el polvo combustible. Una vez iniciada la combustión, las partículas de polvo se calientan, produciendo gases calientes y expandiéndose rápidamente. Este proceso de combustión se conoce como deflagración.

La dispersión del combustible es otro factor importante en el desencadenamiento de la explosión. Cuando las partículas de polvo combustible se dispersan en el aire, se crea una mezcla de combustible y oxígeno que puede inflamarse fácilmente por la fuente de ignición.

El confinamiento de la mezcla de combustible y oxígeno es un factor crítico que puede amplificar el efecto de la explosión. Cuando la mezcla está confinada en un espacio reducido, como una cámara de combustión, la presión y la temperatura aumentan rápidamente debido a la combustión. Este aumento de presión puede provocar la explosión de la cámara, generando una violenta onda expansiva que puede causar importantes daños a las personas y a los bienes circundantes.

Prevención de explosiones: aspiradores de seguridad con certificación Atex

Los aspiradores industriales con certificación Atex son una solución segura y fiable para aspirar polvo combustible en entornos de trabajo explosivos. Estos dispositivos están diseñados para recoger el polvo de forma segura y no crear ningún tipo de ignición que pueda provocar explosiones. Además, los aspiradores industriales pueden clasificarse según la zona Atex de uso, lo que garantiza una mayor seguridad en determinados tipos de entornos Atex. Gracias a sus avanzadas características de seguridad, los aspiradores industriales son especialmente adecuados para las industrias que trabajan con polvo combustible, como las industrias alimentaria, farmacéutica, química y de procesamiento de metales. En cualquier caso, es importante elegir el aspirador industrial adecuado a sus necesidades para garantizar la máxima seguridad y eficacia al aspirar polvo inflamable.